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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capítulo 756
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Capitulo 756 Después del almuerzo, la oficina volvié a llenarse de actividad.

Gisela, abrazando un montén de documentos recién fotocopiados, se senté de nuevo en su silla y preguntd preocupada, “Marisol, ;estas segura de que tu pie esta bien?” Marisol balanced su pie izquierdo con facilidad y le dijo, “jTranquila, ya estoy bien! Incluso te puedo acompanar a cubrir las noticias esta tarde.” Su esguince no habia sido grave y habia recibido atencién médica a tiempo. Al tercer dia, la hinchazén habia bajado y ya no sentia dolor, aunque ain no podia correr o hacer movimientos bruscos, caminar normalmente no era un problema.

En ese momento, su celular sond. Marisol abrié el cajon.

La pantalla mostraba un nombre que la hizo detenerse. Probablemente era la primera llamada de Antodespués de su divorcio. Desde aquella noche en el hospital, no se habfan visto...

Recordando cémo su prima Sayna la habia mirado al llegar a casa esa noche, con una expresién como si quisiera escupir sangre, Marisol no pudo mas que sacudir la cabeza entre la risa y la impotencia.

“Hola... jAntonio?” Antole pregunté directamente, “Estoy abajo, ;puedes bajar un momento?” Marisol se sorprendié y mird instintivamente hacia la ventana, “;Sucede algo?” “iHablamos abajo!” Antocolgd tras esas palabras.

Marisol fruncié el cey, tras dudar un par de segundos, le avisé a Gisela y sali6 de la oficina con su celular en mano. a Al salir por la puerta giratoria del vestibulo, a lo lejos un Porsche Cayenne negro aparcado en la calle y a Antonio, vestido con ropa gris carbén, recostado en la puerta del copiloto, con un cigarrillo encendido en la mano, con la luz del sol dibujando sombras sobre su rostro atractivo.

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Antes ya la habia esperado asi al salir del trabajo varias veces.

A veces pasaban por el supermercado de camino a casa, otras veces simplemente conducfan de regreso. Enel camino, a menudo la provocaba con comentarios picantes...

Marisol respiré hondo para calmar su espiritu y se acercd, justo cuando lo darle una profunda calada a su cigarro, hundiendo las mejillas con fuerza.

Cuando estuvo cerca, le pregunté con el cefo fruncido, (Qué necesitas?” “Marisol, ;tienes un momento?” Antoexhald el humo de su cigarrillo.

Entonces, levanté su cabeza para mirarla, con el humo blanco del cigarro contrastando con su mirada oscura y profunda.

Marisol sintié un escalofen el corazén y le pregunté desconcertada, “Antonio... ;qué pasa?” Antole dijo en voz baja, “Mi abuela ha recaido, se desmay6 esta manana y la han trasladado del sanatoal hospital.” “iQué!” Marisol exclamé sorprendida.

“El equipo médico esta evaluando su condicién. Por ahora, solo pueden seguir con la quimioterapia 1/3 para controlar las células cancerigenas que le volvieron a salir. Si no hay mejoria, tendremos que operarla de nuevo,” le dijo Antonio, apagando su cigarrillo con firmeza, “Si puedes, ;vendrias conmigo al hospital a verla? Cuando despertd, estaba preguntandpor ti.” Marisol asintié sin pensarlo, “iClaro!” El Porsche Cayenne negro se alejo del edifide oficinas y se mezcld con el trafico.

Desde el dia en que se casaron, la abuela siempre habia mostrado un cariespecial hacia Marisol, riendo alegremente cada vez que la vefa, era una felicidad que emanaba desde el fondo de su corazén, que era visible en las arrugas de sus ojos llenas de ternura.

Marisol también la queria como si fuera su propia abuela.

Al enterarse ahora de la recaida de la abuela, su corazon se apretd. La cirugia de hace cuatro afos habfa ido bien, pero ahora, cuatro afios después, con su edad avanzada y la salud deteriorada de la abuela, una nueva operacién podria conllevar muchos riesgos...

Marisol le envié un mensaje a Gisela desde el coche, pidiéndole que le gestionara un permiso.

Después de bajar del viaducto y entrar al hospital, Antoapagé su cigarrillo antes de entrar al edifide hospitalizacién, el humo blanco se disperso alrededor de él con cada exhalacién.

Marisol noté que él estaba sumido en sus pensamientos, sabfa que su abuela significaba mucho para él.

Al salir del ascensor, Antoralentizé su paso y, mirandola de reojo, le dijo con voz sombria, “Todavia no le he contado a la abuela sobre lo de nosotros dos.da miedo que se ponga triste al saberlo, y en su estado de salud actual, cualquier shock podria ser demasiado para ella. No es el momento de contérselo.” “Te entiendo,” le respondid Marisol.

Ella podfa imaginarse eso, después de todo, la razon por la que se habian casado hace cuatro afios era porque su abuela, enferma, se negaba a operarse. Ahora, cuatro afos después, Marisol habia comprendido que todo se debia a que Jacinta no estaba a su lado...

En realidad, lo que habian hecho frente a su abuela era actuar, ;y acaso no seguian haciéndolo? Se acercaban a la habitacién del hospital. Marisol también gir6 la cabeza, habléndole con un tono suave como el fluir tranquilo de un rio, “Frente a la abuela, yo también mantendré el secreto.” “Mmm,” murmuré Antonio, esbozando una sonrisa forzada.

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Al llegar a la puerta de la habitacién, se detuvieron. Luego, una mano con venas bien marcadas se extendié hacia ella.

Marisol se quedd paralizada.

Los ojos de Antose fijaron en su rostro, y su voz resoné grave, “Marisol, trata de actuar natural cuando entremos.” Una amargura se enredé lentamente en su corazon, pero su rostro se iluminé con una sonrisa.

Colocé su mano caida en la mano de él, sintiendo la familiaridad de su tacto, que le trajo una sensacién de frescura a la palma de si mano, como aquel agarre de hace cuatro afios. Asintié con una sonrisa, “Tranquilo, lo haré.” Antofruncié ligeramente los labios. La sonrisa de ella en ese momento era dulce, tan dulce que parecia endulzar el fondo del corazén, aun siendo una sonrisa fingida.

2/3 11-2 Capitulo 756 Empujaron la puerta de la habitacién y entraron tomados de la mano.

La abuela se veia peor que la Ultima vez que la habfan visto en la residencia de ancianos. Lo que mas impactaba era verla con la bata de hospital y la aguja en el dorso de la mano, con el liquido del suero cayendo gota a gota, era una imagen que entristecfa a cualquiera.

Marisol ya tenia la voz entrecortada al hablar, “jAbuela!” “jMarisol, ven aqui, ven!” La abuela, al verla, sonrié a pesar de su palidez, “Mira tu, ¢por qué esa cara de preocupacion? Aquitienes, sana y salva. No te asustes por mi, estoy bien.” “Abuela, estoy segura de que te recuperaras,” le dijo Marisol con conviccion.

“Si, yo también lo creo,” asinti6 la abuela con una sonrisa, “Marisol, al verte siento que mejoro mucho, hastaolvido del dolor. Cuando desperté solo vi a Antonio, y como no habfas ido a visitaal asilo en estas dos semanas, pensé que algo les habfa pasado.” Sintié un calor en el hombro, donde una mano grande se posé suavemente.

Marisol tragé saliva, se acomodé en su asiento y lentamente puso su mano sobre la de él, “No, estamos bien...” Capitulo 757