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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capítulo 748
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Capitulo 748 El auto se estaciond en el aparcamiento del hospital y Marisol aun estaba absorta, con la mirada baja, hasta que Gisela le tocd la manga para recordarle. “Marisol, jhemos llegado!” Marisol mir6 el familiar edifiy asintié con un “mmm...” Salieron del ascensor como si se supieran el camino de memoria. A medida que se acercaban a la oficina, Marisol se sentia cada vez mas reacia a entrar y termind siguiendo a Gisela y a otro compaiiero de trabajo al interior.

Antoestaba sentado frente a su escritorio, vestido con una bata blanca, explicando la condicién de un paciente mientras sostenfa un electrocardiograma en sus manos, con una mirada concentrada que no se levanté de los papeles.

Para no interrumpirlos, esperaron pacientemente en la puerta.

Finalmente, después de que Antoterminé de escribir las instrucciones médicas en el expediente del paciente y este se levanté para irse, levantd lentamente la mirada.

Tal vez era una ilusién de Marisol, pero aunque habia tres personas frente a él, sentia que su mirada penetrante atravesaba a sus dos acompaiiantes y se fijaba inicamente en ella, lo que la hizo estremecerse por dentro.

Gisela, notando la tensién, tomé la iniciativa de saludarlo, “Dr. Antonio!” Antoasintié y miré su reloj con voz baja y firme, “Solo tengo media hora disponible. Para ahorrar tiempo, empecemos ahora mismo.” La camara se prepard, ajustando la iluminacién y encontrando el &ngulo perfecto. Gisela, con un micréfono en la mano, se sent frente al escritoy comenzé a hacerle preguntas de manera ordenada, “Dr. Antonio, como experto en cirugfa cardiaca, ¢podria informarnos sobre algunas medidas de primeros auxilios efectivas para cuando alguien sufre una emergencia cardiaca? Y tambigGplgunos errores comunes que la gente comete al buscar tratamiento médico...” Marisol se mantuvo detras de la camara todo el tiempo, estaba encargada de registrar la imagen y el sonido.

Mirando la pantalla pequena, a Antosentado con una postura perfecta para la camara, con un rostro fotogénico y sin un solo angulo muerto. Ajusté la camara siguiendo el curso de la entrevista, y él segufa luciendo impecable, tan encantador que podria haber conquistado a innumerables mujeres si hubiera elegido una carrera en el entretenimiento en lugar de la medicina.

Antoestaba respondiendo seriamente a las preguntas de Gisela, con un semblante sey profesional que lo hacia aun mas atractivo.

Marisol sabia que siempre se transformaba en una persona completamente diferente cuando trabajaba.

Por supuesto, excepto cuando estaba solo con ella...

Marisol tragé saliva, volviendo su atencion a la pantalla, donde Antoacababa de cambiar de postura y sacaba la mano que tenia en su bata, colocandola sobre el escritorio. Sus dedos comenzaron a tamborilear ritmicamente sobre la superficie, produciendo un sonido.

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Entonces, un destello de luz capturd la atencién de Marisol. Se quedd sin aliento.

Su mirada estaba fija en la pantalla, en la mano izquierda delgada y elegante de Antonio, con un anillo de plata en el anular que brillaba bajo la luz del sol, reflejandose en sus ojos y en su corazon.

El anillo de plata...

iTodavia lo llevaba puesto! Marisol bajo la mirada y, aprovechando que los otros tres en la oficina no estaban mirando, se quité discretamente el anillo que llevaba en el anular de su mano derecha. Lo habia llevado tanto tiempo que ya le habia una marca profunda en la piel.

Se quedd mirando esa marca, y en la pantalla, Gisela ya habfa bajado el micréfono, “Esta bien, eso es todo. Dr.

Antonio, jgracias por su cooperacion!” “No hay de qué, es un honor poder ayudarlos,” le respondié Antocon una sonrisa.

1/2 07:03 Capitulo 748 El compariero de trabajo que se acercaba a Marisol fruncié el cey le una palmada en el hombro, “Marisol, (qué estas haciendo parada ahi? Ya se termind la entrevista, jpodemos terminar por hoy!” “jAh, claro!” le respondié Marisol, asintiendo rapidamente.

La entrevista de media hora terminé en un abrir y cerrar de ojos. Antose levanté de la silla y los acompaiié hasta la salida de su oficina. De repente, Gisela tomd la camara y le dijo: “Marisol, voy a tomar unas tomas de la panoramica del hospital con ellos, jvale!” Tras sus palabras, tomé a su compaiiero de trabajo y se marcharon a toda prisa.

Por un momento, sélo quedaron ellos dos en el pasillo. Marisol apretaba las manos detras de su espalda, pensando en cémo romper el silencio, cuando escuché su voz grave de repente.

“Sefora Pinales, ;ha adelgazado?” Marisol levanté la cabeza bruscamente y lo fruncir el cefio, “Ta...” “;Qué pasa?” le pregunté Antonio, esbozando una sonrisa.

Marisol mordi6 su labio, “Ya no soy la Sefora Pinales...” “Lo siento,” le dijo Antonio, con una expresién distante, y luego afadié, “Es la costumbre.” Marisol apret6 los dedos alin mas.

Antola miraba desde arriba, habia pasado sélo dos dias desde su Gltimo encuentro tras el divorcio, y le pareque ella habia adelgazado, incluso su barbilla parecia mas afilada. Le pregunté con preocupacién, “¢No has estado comiendo bien estos dias? ;Rodrigo no se ocupa de ti?” “No, él esta ocupado con el trabajo...” Marisol forzé una sonrisa y negé con la cabeza, no queria seguir hablando de eso, cambid el tema suavemente, “Antonio, ya estoy buscando un apartamento.mudaré pronto.” “No hay prisa,” le dijo Antofrunciendo el cefio.

Sin embargo, Marisol insistid, “Después de todo, esa es tu casa. No es apropiado quequede mas tiempo.” Al ver que él la miraba fijamente con sus ojos encantadores, y permanecia en silencio, ella sefialé hacia el ascensor, “Entonces... tengo trabajo, jtengo que volver a la estacion!” Sin esperar a que ella se moviera, Antoya habia regresado a su oficina.

Dejando atras una silueta orgullosa y un sonido de puerta que se cerraba con fuerza, Marisol abrid los ojos de par en par, como si ya estuviera acostumbrada, y se alejé con una mueca.

Por la noche, el complejo residencial se volvié muy silencioso.

Después de bafiarse y secarse el pelo, Marisol recordé lo que él habia dicho durante el dia. Se detuvo frente al espejo y tocd su rostro, parecia que realmente habia adelgazado un poco, Ultimamente casi no tenia apetito...

(Seria el efecto del divorcio? Marisol se de si misma con ironfa y apagé la luz para dirigirse a la cama.

Justo cuando se acostd, alguien tocé a la puerta. Frunciendo el cefio, tuvo que levantarse de nuevo y camind hacia la entrada preguntando: “;Quién es?” “Sra. Pinales, soy yo, Héctor, de la administracién del edificio.” Reconociendo la voz del guardia de seguridad Héctor, Marisol pensé que algo ocurria y abrié répidamente la puerta sin demora.

Al abrir la puerta de seguridad, antes de que pudiera ver la cara de Héctor del otro lado, un hombre se abalanzé directamente sobre ella, acompafado de un olor a alcohol y una fragancia familiar.

Capitulo 749 El peso total de él recaia sobre ella, y Marisol casi perel equilibrio.

No tuvo més remeque extender sus brazos para ayudarlo, girando la cabeza para ver su cara apuesta que reposaba sobre su hombro, y sus ojos se abrieron de asombro, “;Antonio?” Héctor, con una sonrisa calida, explicé, “Sra. Pinales, parece que el Sr. Pinales bebié demasiado. Un taxista lo acaba de traer de vuelta y yo estaba patrullando por la zona. Lo vi tan ebque apenas podia caminar derecho, sélo segufa diciendo que queria volver a casa, asi queofreci a ayudarlo.” Volver a casa...

Esas palabras picaron su nervio.

Al ver que Marisol se quedaba inmdvil en la puerta, Héctor la apuré diciendo, “Sra. Pinales, ya es tarde, y el Sr.

Pinales realmente ha bebido mucho. Seria mejor que lo ayudara a llegar a la cama para que descanse!” Ante la amabilidad del guardia de seguridad Héctor, Marisol se sentia incbmoda y no sabia cémo explicarle, “Héctor. nosotros...” “No hay de qué,” la interrumpié Héctor con un gesto de la mano, “es un pequefavor. Sra. Pinales, estoy de turno esta noche y tengo que volver rapidamente a mi puesto. jAdids!” Acto seguido, Héctor saludé con la mano y, sin esperar el elevador, bajé por la escalera de emergencia.

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La tranquilidad regresé al pasillo, con Antotodavia apoyado completamente en ella, Marisol fruncié el cey lo empujé levemente, “;Antonio, Antonio?” La Unica respuesta fue su aliento caliente y embriagador.

Después de pensarlo por unos segundos, Marisol decidié cerrar la puerta de seguridad y, resignada, empezo a ayudar a Antoa caminar hacia el interior de la vivienda.

Antoera mucho mas alto que ella, y aunque usualmente no se notaba debido a su postura erguida, su cuerpo estaba lleno de musculos firmes. Tras llevarlo desde la entrada hasta el dormitoy dejarlo en la cama, estaba cubierta de gotas de sudor en la frente y la punta de la nariz.

“Oye, jAntonio! jDespierta!” Marisol se secd el sudor y luego pateé sus piernas y le palmadas en la cara, pero él seguifa sin reaccionar, murmurando, “No puede ser, jrealmente bebié demasiado!” Ella habia pasado por esto antes, durante los Gltimos cuatro afios, hubo noches en las que él volvia a casa borracho.

Como lo habia hecho en otras ocasiones, Marisol se arrodill junto a él y le quité su chaqueta de color gris carbon.

Al desabrochar la camisa, su pecho desnudo quedé expuesto al aire. Bajo la luz, su piel de color trigo era una tentacion. Trag6 saliva y cuando sus dedos tocaron el broche metélico de su cinturdn, se retracto rapidamente.

Casi saltando de la cama, Marisol se tocé la cara ardiente con el dorso de su mano.

Miré a Antonio, quien tenia los ojos cerrados, y suspird aliviada al ver que no se daba cuenta de nada, ya que estaba borracho. Tomé la manta y la tiré descuidadamente sobre él, luego tomé una almohada y una cobija y se apresuré hacia el salén.

Debido a que aun se consideraba una invitada, decidié no dejarlo en la entrada y le cedi6 la cama, eligiendo dormir en el sofd.

A través de la puerta, casi podia oir su respiracion profunda y regular.

(Qué clase de situacion era esta? Ya habifan ido al registro civil y se habian divorciado...

Marisol aparté la mirada y cerrd los ojos con una sonrisa amarga, girandose para enterrar su rostro entre el cojin y el sofa. Después de un rato, con su postura volviéndose rigida, finalmente se sumié en el suefio.

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