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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capítulo 727
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Capitulo 727 Marisol dejé de comer palomitas y pregunté en voz baja. “Oh, y luego, con los ojos bajos, pregunté, “Antonio, vas air ahora?” Aunque las palomitas deberian ser dulces por la miel, le sabian amargas.

“Sil” Antoasintié con la cabeza.

“Pero esta pelicula es la Ultima funcién, jdespués de esto ya no se proyectara!” Marisol fruncié el cesin poder evitarlo, aunque después de decirlo, hasta ella encontré ridicula su propia preocupacion. (Qué comparacién podria tener la pelicula con Jacinta? Con una sonrisa forzada, apreto los labios.

Después de unos segundos de silencio, aun asf extendié su mano para agarrar la de él. “jTe acompanol” “¢De verdad quieres acompafiarme?” Los ojos encantadores de Antose inclinaron hacia ella.

Marisol desvié6 la mirada, la escena intensa de lucha en la gran pantalla no lograba captar su atencién. Una sensacion de opresion surgié en su pecho y dijo en voz baja, “Si no quieres que vaya, pentonces olvidalo!” Al segundo siguiente, él la levanté de su asiento. “Quién dijo eso!” El Cayenne se desplazaba en la noche hacia un bar subterraneo en una zona bulliciosa.

La escalera era algo empinada, y Marisol fue llevada de la mano hacia el interior. Una vez dentro, el sonido ensordecedor de la musica les recibid, y en la pista de baile habla hombres y mujeres moviéndose de forma provocativa.

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Frente a la barra en forma de peninsula, Jacinta estaba sggada de espaldas a ellos en un taburete alto, parecia haber bebido demasiado y ya estaba recostada sobre la superficie de marmol, Su chaqueta color beige estaba en una silla a un lado, y llevaba un suéter de cuello alto de punto delgado con un disede correa cruzada en la espalda, dejando al descubierto buena parte de su piel. Bajo las luces multicolores, su piel brillaba tentadoramente, especialmente en un lugar asi, donde ya habfa dos hombres de aspecto sospechoso acercandose.

Marisol noto que la mano que la sostenia se soltaba de repente. a Antopararse frente a Jacinta, bloqueando a un hombre que intentaba tocarla. El hombre se enfado y empezé a insultar, “jVete de aqui, esa chica nos interesa!” “¢Y si novoy?” pregunté Antocon frialdad.

“iVas a lamentar no haber aceptado nuestra hospitalidad!” dijo otro hombre acercandose, “iNo pierdas el tiempo hablando, vamos a golpearlo! Nos hemos fijado en esta chica durante mucho tiempo, hoy tenemos que llevarla a la cama y divertirnos un poco.” Antorespondié con frialdad. “Sigue sofiando!” Marisol abrié los ojos de par en par y a los dos hombres lanzarse sobre él. Antonio. Sin mostrar un apice de miedo en su rostro, agarré el puque le lanzaban y con un movimiento répido a la izquierday a la derecha, torci6 sus brazos hacia abajo y golpeé con su codo la mandibula del otro hombre, seguido de una patada giratoria agil Luego, cogid una botella de licor y la rompié contra la barra, apuntando con el extremo roto a los hombres y entrecerrando sus ojos encantadores, “;Quién mas se atreve a acercarse, quieren intentarlo?” Los hombres, adoloridos, se retiraron rapidamente.

Marisol cerro lentamente la boca que habia abierto por la tension. Nunca habla imaginado que las manos.

acostumbradas a sostener un bisturi pudieran pelear asi...

El camarero, 0 cauteloso, salié de detras de la barra y preguntd, “;Usted es Sr. Pinales, verdad?” “Soy yo!” Antodejé la botella, “iQué bueno!” dijo el barman, entregandole un teléfono movil rosa, “Esta sefiorita vino y pidié una botella entera de vodka. La he advertido varias veces, pero nohizo caso y terminé asi de borracha. Como solo tenia tu nimero guardado, te llamé.” 1/2 06:58 Capitulo 727 Marisol que se acercaba con paso inseguro, se detuvo al escuchar esas palabras.

Antotambién parecia sorprendido, luego fruncié el cey tomd el teléfono para mirar a Jacinta, que todavia estaba inmdvil y recostada sobre la barra. Se acercé rapidamente con pasos firmes, intentando despertarla, “Jacinta, Jacinta?” Jacinta parecia haber bebido mucho, y la botella de licor a su lado solo tenia un poco de liquido restante.

Antollamé varias veces antes de que ella respondiera, y en sus brillantes ojos de almendra habla una neblina de embriaguez. Agarrando su manga, murmuré: “Antonio, eres ta?” “Soy yo,” dijo Antonio, forzando una sonrisa.

Jacinta lo miro confundida, “No, debe ser un suefio...” Marisol suspiré, mordiéndose el lablo, “Parece que Jacinta esta muy borracha, debemos sacarla de aqui.” “iSil” asintié Antonio.

Marisol, al ver que Antotrataba de ayudar a Jacinta a bajar del taburete alto, dudd y dijo, “...Déjayudarte.” Pero Jacinta estaba tan borracha que no podia moverse, como si fuera barro deshecho, incapaz de caminar por si misma, con las piernas temblorosas y a punto de caerse en cualquier momento.

Antofruncié el cefio, se agacho y cargo a Jacinta, quien rapidamente se aferré a su cuello y apoyé su cabeza en su hombro.

Al salir del bar, encontraron un hotel cercano que parecia seguro.

Entrando al ascensor, gracias a la luz interior, Marisol noté que los nudillos de la mano derecha de Antoestaban todos heridos, probablemente debido a la pelea, y no pudo evitar exclamar, “Antonio, tu mano esta sangrando...” Antocerrd los dedos, ya con dificultad para hacer un puiio, simplemente dijo, “iNo es nada!” En ese momento, las puertas del ascensor se abrieron con un “ding” y la figura erguida de Antoya estaba saliendo con Jacinta en sus brazos.

Marisol se quedd inmdvil por un momento antes de darse cuenta y seguirles.

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Después de pasar la tarjeta por la puerta, entraron en una suite ejecutiva, muy espaciosa. Mas alla del pequefo salon estaba el dormitorio, donde Antocolocé a Jacinta en la cama.

“¢Jacinta?” Antollamé suavemente, sin obtener respuesta.

Marisol observo a Jacinta, que, a pesar de estar borracha, lucia impecable. Incluso ella, siendo mujer, se quedé admirando su belleza.

Incluso como mujer, Marisol no pudo evitar quedarse embelesada por un momento.

Marisol se lami6 los labios y miré a Antonio, que estaba sirviendo agua, “Antonio, td cuidala, ;yo voy a pedirle al personal un caldo para la resaca?” “Serfa lo mejor,” asintié Antopensativo.

Marisol cruzé el pequesalén y llamé al servide habitaciones. Pidié un caldo para la resaca, que llegd répidamente, casi dos minutos después de colgar, ya sonaba el timbre. Se apresuro a la puerta.

Con una taza llena de caldo para la resaca, camino de regreso con cuidado para no derramar nada.

Justo cuando llegaba al dormitorio, se detuvo abruptamente, su corazén se par6 al ver la escena: Jacinta habia despertado y sostenia la mano de Antocontra su rostro, mirdndolo con ternura, “Antonio, te he extrafiado tanto estos cuatro afos...” Capitulo 728